martes, 5 de abril de 2016

CANTOS INFANTILES

3 PECESITOS

3 Pecesitos se fueron a nadar, el mas pequeño se fue al fondo de el mar, un tiburón le dijo "Ven acá"
"No, no, no, no por que se enoja mi mamá"



Tengo una muñeca vestida de azul.

Tengo una muñeca vestida de azul
con su camisita y su canesu
la saque a paseo se me constipo 
a tengo en la cama con mucho dolor. 
Esta mañanita me dijo el doctor 
que le de jarabe con un tenedor. 
Dos y dos son cuatro , cuatro y dos son seis , 
seis y dos son ocho y ocho dieciseis. 
Y ocho , veinticuatro y ocho , treinta y dos. 
Animas benditas,me arrodillo yo. 
Tengo una muñeca vestida de azul , 
zapatitos blancos y gorro de tul , 
la lleve a pasear se me constipo , 
la tengo en la cama con un gran dolor. 
Dos mas dos son cuatro ,cuatro y dos son seis. 
seis y dos son ocho y ocho dieciseis 
y ocho veinticuatro y ocho treinta y dos , 
estas son las cuentas que he sacado yo.









El patio de mi casa es particular.

El patio de mi casa es particular ,
cuando llueve se moja  como los demás. 
Agachate y vuelvete a agachar ,
que los agachaditos no saben bailar. 
H, I, J, K, L, M, N, A 
que si tu no me quieres 
otro novio me querra 
H, I, J, K, L, M, N, O 
que si tu no me quieres 
otro novio tendre yo. 
Chocolate , molinillo ,corre , corre , que te pillo. 
A estirar , a estirar , que el demonio va a pasar.


https://www.youtube.com/watch?v=6LUId92UnxE
















 Que llueva que llueva.

Que llueva , que llueva , 
la Virgen de la Cueva , 
los pajaritos cantan , 
las nubes se levantan 
que si , que no ,  
que caiga un chaparron 
con azucar y turron ,  
que se rompan los cristales 
de la estacion 
y los mios no 
porque son de carton.


https://www.youtube.com/watch?v=8qzzWzI6ZlQ












Yo Tengo Una Pelota

yo tengo una pelota
que bota muy bonito
tapatapatapatá
cuando juego con ella
se pone muy contenta
bota aquí, bota allá
tapatapatapatá
derecha, izquierda
izquierda derecha












BARTOLITO EL GALLO


Bartolito era un gallo que vivía muy feliz 
cuando el sol aparecía Bartolito cantaba así 
¡Muuu! ¡No Bartolito! ¡Esa es una vaca! 
Bartolito era un gallo que vivía muy feliz 
cuando el sol aparecía Bartolito cantaba así 
¡Cua cua cua! ¡No Bartolito! ¡Ese es un pato! 
Bartolito era un gallo que vivía muy feliz 
cuando el sol aparecía Bartolito cantaba así 
¡Meeeee! ¡No Bartolito! ¡Esa es una oveja! 
Bartolito era un gallo que vivía muy feliz 
cuando el sol aparecía Bartolito cantaba así 
¡Ahuuuuu! ¡No Bartolito! ¡Ese es un lobo! 
Bartolito era un gallo que vivía muy feliz 
cuando el sol aparecía Bartolito cantaba así 
¡Miauu! ¡No Bartolito! ¡Ese es un gato! 
Bartolito era un gallo que vivía muy feliz 
cuando el sol aparecía Bartolito cantaba así 
¡Guau guau guau!¡No Bartolito! ¡Ese es un perro! 
Bartolito era un gallo que vivía muy feliz 
¡Cocorocó! ¡Bien Bartolito!...¡Cocorocó!


https://www.youtube.com/watch?v=4ShOpJPHRxA



ADIVINANZAS

EL PESCADO
En el agua siempre vivo, plateado es mi color
Veloz como el rayo nado, Como me llamo yo?


LA ABEJA
Vuelo entre las flores,vivo en la colmena,
Fabrico alli la miel y tambien la cera.


EL ARCOIRIS
Cuando llueve y sale el sol, todos los colores tengo yo.


EL SOL
Salgo todas las ma;anas y por la tarde me escondo,
Doy siempre luz y calor, y soy redondo, redondo.


EL CARACOL
Llevo mi casita a cuestas
camino con una pata
y voy dejando mi huella

con un hilito de plata.


RIMAS

LOS MESES

Treinta días trae septiembre
con abril junio y noviembre. 
De veintiocho sólo hay uno. 
Y los demás treinta y uno.

CABALLITO BLANCO

Caballito blanco
llévame de aquí, 
llévame a la tierra
donde yo nací.
Caballito blanco
dime la verdad. 
Yo te la diré
si vienes aquí.

Tengo, tengo, tengo

Tengo, tengo, tengo, 
tú no tienes nada
tengo tres ovejas
en una cabaña.
Una me da leche, 
otra me da lana, 
otra me mantiene
toda la semana.

FINA LA GALLINA

Hay un alboroto
en todo el corral, 
Fina la gallina
perdió su dedal, 
si alguien lo encuentra
que le vaya a avisar, 
para que deje
de cacarear.

EL ELEFANTE
Vamos al estadio a ver a el elefante

Que sube la escalera será muy emocionante.



FABULAS

EL LEON Y EL RATON


Después de un largo día de caza, un león se echó a descansar debajo de un árbol. Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se atrevieron a salir de su madriguera y se pusieron a jugar a su alrededor. De pronto, el más travieso tuvo la ocurrencia de esconderse entre la melena del león, con tan mala suerte que lo despertó. Muy malhumorado por ver su siesta interrumpida, el león atrapó al ratón entre sus garras y dijo dando un rugido:
-¿Cómo te atreves a perturbar mi sueño, insignificante ratón? ¡Voy a comerte para que aprendáis la lección!-
El ratón, que estaba tan asustado que no podía moverse, le dijo temblando:
- Por favor no me mates, león. Yo no quería molestarte. Si me dejas te estaré eternamente agradecido. Déjame marchar, porque puede que algún día me necesites –
- ¡Ja, ja, ja! – se rió el león mirándole - Un ser tan diminuto como tú, ¿de qué forma va a ayudarme? ¡No me hagas reír!.
Pero el ratón insistió una y otra vez, hasta que el león, conmovido por su tamaño y su valentía, le dejó marchar.
Unos días después, mientras el ratón paseaba por el bosque, oyó unos terribles rugidos que hacían temblar las hojas de los árboles.
Rápidamente corrió hacia lugar de donde provenía el sonido, y se encontró allí al león, que había quedado atrapado en una robusta red. El ratón, decidido a pagar su deuda, le dijo:
- No te preocupes, yo te salvaré.
Y el león, sin pensarlo le contestó:
- Pero cómo, si eres tan pequeño para tanto esfuerzo.
El ratón empezó entonces a roer la cuerda de la red donde estaba atrapado el león, y el león pudo salvarse. El ratón le dijo:
- Días atrás, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.
El león no tuvo palabras para agradecer al pequeño ratón. Desde este día, los dos fueron amigos para siempre.



Las ranitas y el tronco tallado


Una familia de ranitas que vivía en un lago, sentía mucho temor por un tronco tallado que se veía desde la orilla. Estas ranitas amaban las fiestas y la diversión, pero sentían gran respeto por el tronco, así que en muchas oportunidades trataban de no hacer tanto ruido para no molestar al tronco.
Seguramente este personaje al que tanto le temían, era un monumento de alguna tribu que ya no habitaba en el lugar, pero como no se animaban a acercarse para ver bien de que se trataba, solo podían divisar un rostro serio y que inspiraba mucha autoridad.
Un cierto día, en que se desató una terrible tormenta, el tronco cayo al lago y en ese momento las ranitas pudieron ver con claridad, que era solo un tronco tallado que ningún daño podía hacerles. Se rieron mucho de los temores por los que habían pasado y comenzaron a jugar con él y usarlo de trampolín para sus zambullidas en el lago.



El niño y los dulces

Un niño metió su mano en un recipiente lleno de dulces. Y tomó lo más que pudo, pero cuando trató de sacar la mano, el cuello del recipiente no le permitió hacerlo.
Como tampoco quería perder aquellos dulces, lloraba amargamente su desilusión.
Un amigo que estaba cerca le dijo: - Confórmate solamente con la mitad y podrás sacar la mano con los dulces.






CUENTOS

El cuento de Las Habichuelas Magicas.

Periquin vivia con su madre, que era viuda, en una cabaña de bosque. Con el tiempo 


fue empeorando la situacion familiar, la madre determino mandar a Periquin a la 

ciudad, para que alli intentase vender la unica vaca que poseian. El niño se puso en camino, 

llevando atado con una cuerda al animal, y se encontro con un hombre que llevaba un 

saquito de habichuelas. -Son maravillosas -explico aquel hombre-. Si te gustan, te las 

dare a cambio de la vaca. Asi lo hizo Periquin, y volvio muy contento a su casa. Pero la 

viuda, disgustada al ver la necedad del muchacho, cogio las habichuelas y las arrojo 

a la calle. Despues se puso a llorar.


Cuando se levanto Periquin al dia siguiente, fue grande su sorpresa al ver que las 

habichuelas habian crecido tanto durante la noche, que las ramas se perdian de vista. Se 

puso Periquin a trepar por la planta, y sube que sube, llego a un pais desconocido. Entro 

en un castillo y vio a un malvado gigante que tenia una gallina que ponia huevos de oro 

cada vez que el se lo mandaba. Espero el niño a que el gigante se durmiera, y tomando la 

gallina, escapo con ella. Llego a las ramas de las habichuelas, y descolgandose, toco el 

suelo y entro en la cabaña.


La madre se puso muy contenta. Y asi fueron vendiendo los huevos de oro, y con su 

producto vivieron tranquilos mucho tiempo, hasta que la gallina se murio y Periquin tuvo 

que trepar por la planta otra vez, dirigiendose al castillo del gigante. Se escondio tras una cortina y pudo

observar como el dueño del castillo iba contando monedas de oro que sacaba de un bolson de cuero. 


En cuanto se durmio el gigante, salio Periquin y, recogiendo el talego de oro, echo a correr 

hacia la planta gigantesca y bajo a su casa. 

Asi la viuda y su hijo tuvieron dinero para ir viviendo mucho tiempo. Sin embargo, llego 

un dia en que el bolson de cuero del dinero quedo completamente vacio.



Se cogio Periquin por tercera vez a las ramas de la planta, y fue escalandolas hasta llegar a 

la cima. Entonces vio al ogro guardar en un cajon una cajita que, cada vez que se 

levantaba la tapa, dejaba caer una moneda de oro. Cuando el gigante salio de la estancia, 

cogio el niño la cajita prodigiosa y se la guardo. Desde su escondite vio Periquin que 

el gigante se tumbaba en un sofa, y un arpa, oh maravilla!, tocaba sola, sin que mano 

alguna pulsara sus cuerdas, una delicada musica. El gigante, mientras escuchaba 

aquella melodia, fue cayendo en el sueño poco a poco



Apenas le vio asi Periquin, cogio el arpa y echo a correr. Pero el arpa estaba encantada 

y, al ser tomada por Periquin, empezo a gritar: -Eh, señor amo, despierte usted, que 

me roban! Despertose sobresaltado el gigante y empezaron a llegar de nuevo desde 

la calle los gritos acusadores: -Señor amo, que me roban! Viendo lo que ocurria, el 

gigante salio en persecucion de Periquin. 


Resonaban a espaldas del niño pasos del gigante, cuando, ya cogido a las ramas 

empezaba a bajar. Se daba mucha prisa, pero, al mirar hacia la altura, vio que tambien 

el gigante descendia hacia el.

No habia tiempo que perder, y asi que grito Periquin a su madre, que estaba en casa 


preparando la comida: -Madre, traigame el hacha en seguida, que me persigue el 

gigante! Acudio la madre con el hacha, y Periquin, de un certero golpe, corto el tronco 

de la tragica habichuela. Al caer, el gigante se estrello, pagando asi sus fechorias, y Periquin 

y su madre vivieron felices con el producto de la cajita que, al abrirse, dejaba caer una 

moneda de oro.


FIN

El cuento del Ratoncito Pérez.

Erase una vez Pepito Pérez , que era un pequeño ratoncito de ciudad , vivía con su familia en un agujerito de la pared de un edificio. 
El agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no les faltaba la comida. Vivían junto a una panadería, por las noches él y su padre iban a coger harina y todo lo que encontraban para comer. Un día Pepito escuchó un gran alboroto en el piso de arriba. Y como ratón curioso que era trepó y trepó por las cañerías hasta llegar a la primera planta. Allí vió un montón de aparatos, sillones, flores, cuadros..., parecía que alguien se iba a instalar allí.
Al día siguiente Pepito volvió a subir a ver qué era todo aquello, y descubrió algo que le gustó muchísimo. En el piso de arriba habían puesto una clínica dental. A partir de entonces todos los días subía a mirar todo lo que hacía el doctor José Mª. Miraba y aprendía, volvía a mirar y apuntaba todo lo que podía en una pequeña libreta de cartón. Después practicaba con su familia lo que sabía. A su madre le limpió muy bien los dientes, a su hermanita le curó un dolor de muelas con un poquito de medicina.
Y así fue como el ratoncito Pérez se fue haciendo famoso. Venían ratones de todas partes para que los curara. Ratones de campo con una bolsita llena de comida para él, ratones de ciudad con sombrero y bastón, ratones pequeños, grandes, gordos, flacos... Todos querían que el ratoncito Pérez les arreglara la boca.
Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un problema más grande. No tenían dientes y querían comer turrón, nueces, almendras, y todo lo que no podían comer desde que eran jóvenes. El ratoncito Pérez pensó y pensó cómo podía ayudar a estos ratones que confiaban en él. Y, como casi siempre que tenía una duda, subió a la clínica dental a mirar. Allí vió cómo el doctor José Mª le ponía unos dientes estupendos a un anciano. Esos dientes no eran de personas, los hacían en una gran fábrica para los dentistas. Pero esos dientes, eran enormes y no le servían a él para nada. 
Entonces, cuando ya se iba a ir a su casa sin encontrar la solución, apareció en la clínica un niño con su mamá. El niño quería que el doctor le quitara un diente de leche para que le saliera rápido el diente fuerte y grande. El doctor se lo quitó y se lo dió de recuerdo. El ratoncito Pérez encontró la solución: "Iré a la casa de ese niño y le compraré el diente", pensó. Lo siguió por toda la ciudad y cuando por fin llegó a la casa, se encontró con un enorme gato y no pudo entrar. El ratoncito Pérez se esperó a que todos se durmieran y entonces entró a la habitación del niño. El niño se había dormido mirando y mirando su diente, y lo había puesto debajo de su almohada. Al pobre ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al fin lo encontró y le dejó al niño un bonito regalo.
A la mañana siguiente el niño vió el regalo y se puso contentísimo y se lo contó a todos sus amigos del colegio. Y a partir de ese día, todos los niños dejan sus dientes de leche debajo de la almohada. Y el ratoncito Pérez los recoge y les deja a cambio un bonito regalo.



RETALIAS

CIRCULO
Circulo, circulo,circulo es una rayita que no tiene pies.


PINOCHO
A la vuelta de mi casa
Me encontre con pinocho,
Y me dijo que contara hasta ocho,
Pin, uno, pin dos, pin, tres, pin, cuatro
Pin, cinco, pin, seis, pin, siete, pin, ocho.


EN LA CASA DE ANDRES
Todos cuentan hasta tres en la casa de Andres
Uno, dos y tres.


BUSCO
Busco un lugarcito chiquitito para mi
Sin molestar a nadie voy a quedarme aquí.


CON EL ME QUEDARE
Una cosa me he encontrado cuatro veces lo diré

Si su dueño no aparece, con el me quedare.